Una mirada reflexiva de la Abogacía en tiempos de pandemia

/ agosto 29, 2020

Este año, el “Día de la Abogacía” trascurrirá en condiciones inéditas, no sólo con los efectos de la pandemia,  las distintas restricciones operadas en su consecuencia y la incertidumbre que en todo orden afectan a la persona y la sociedad, sino también en un escenario que nos invita a replantear viejos y nuevos desafíos para nuestra profesión.

El rol de la abogacía como eje central  del Estado de Derecho, Democrático y Constitucional, hacen de la misma un servicio esencial para la comunidad. Sin la abogacía independiente, la Justicia como poder del Estado carece de un pilar insustituible, ya que no garantiza el servicio en su esencia.

La pandemia mostró facetas institucionales no deseables, donde el ejercicio profesional independiente, por momentos, se ve al borde del abismo de la Justicia, sin consideración ni contemplación en las decisiones.

Un punto este que sin duda quedó al desnudo y debe ser revertido mediante mayor diálogo, la construcción de canales de comunicación y también mediante mayor participación en la vida interna de la abogacía organizada.

Sin duda estos síntomas despertarán la reflexión y comprensión profunda del cliché “de esta salimos todos juntos o no salimos” por parte de todos los actores y operadores del Derecho.

La tecnología y su implementación también nos invitan a una capacitación cada día más comprometida y dinámica, donde se observa la solidaridad, jóvenes abogados ayudando a los más experimentados en el Derecho, pero a veces ignotos en las novedades. Colegas colaborando en buscar alternativas y apoyando a otros…

Es la misma tecnología que llegó para quedarse, y con ella tendremos que adaptarnos para que sea un complemento que facilite nuestra profesión. Y, cuando esto pase, no nos veremos tanto en Tribunales en las agradables charlas de pasillo, pero tendremos que buscar el espacio para socializar en otros ámbitos académicos, sociales o culturales.

La capacitación se tornó virtual, primero más incómoda pero ahora más accesible. Otra vez, no estarán los “break”, pero para eso buscaremos otros espacios para compartir.

La solidaridad aflora cada vez que las circunstancias tocan las fibras sensibles de la humanidad y está presente en cada abogado y abogada que trabaja colaborativa y cooperativamente con los demás,  esforzándose en facilitar y llegar a buen puerto en cada proceso, en cada causa.

Por esto mismo, aquí queremos detenernos para agradecer también a quienes participan con mucho tesón en las actividades gremiales y académicas de nuestro querido Colegio, dedicando su tiempo a la noble tarea de defender nuestros derechos e incumbencias.

Corren días difíciles, con muchos desafíos, pero sólo se sale mirando para adelante y buscando la salida por encima de los problemas: con solidaridad, trabajo conjunto y unión.

¡MUY FELIZ DÍA DE LA ABOGACÍA!

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